La ciudad de Jane

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Como hicimos anteriormente en este blog cuando presentamos el caso de Jaime Lerner y Curitiba, queremos dedicar ahora un pequeño espacio a una persona muy especial dentro del mundo del urbanismo que es toda una fuente de inspiración para nosotros: la escritora Jane Jacobs.

Cuando a mediados del siglo pasado arquitectos y urbanistas se empeñaban en diseñar las ciudades “a vista de pájaro”, trazando ejes y avenidas anchas cómodas para el coche, Jane Jacobs comenzó a reivindicar el papel primordial que desempeñan en las ciudades las aceras, plazas y espacios públicos. Son los escenarios donde se produce el encuentro y donde se experimenta la diversidad. Para Jane Jacobs nigún esfuerzo de mejora urbana merece la pena si no tiene en cuenta este hecho esencial a cualquier ciudad.

Entre los sitios que podremos visitar en Toronto están las calles y los lugares que frecuentó Jane Jacobs y a los que dedicó buena parte de su obra durante los cerca de 40 años que vivió allí.

En 1968, Jane y su familia abandonaron el barrio neoyorkino de Greenwich Village, huyendo del más que probable reclutamiento forzoso de sus hijos para luchar en Vietnam. Dejaron atrás la ciudad a la que Jane había dedicado tantos años de trabajo y reflexión, pero, finalmente, decidieron no alejarse mucho: se instalaron en la que está considerada la más estadounidense de las ciudades canadienses, Toronto. Allí Jane volvió a llevar una vida de intelectual comprometida con su ciudad, la manera de entender su deber como ciudadana, hasta su muerte en 2006.

Este post ha sido publicado originalmente en el blog del Espacio Creativo.