Cultura libre cotidiana
En Julio de 2013 invitamos a Carlos Cámara, arquitecto y apasionado de las tecnologías de la información y la cultura abierta, a que escribiese sobre el Colaboratorio para nuestra participación en la decimosegunda edición de Scarpia. Esta es la estupenda síntesis que escribió, esperamos que os guste tanto como a nosotros. Podéis seguir leyendo a Carlos en su blog personal.
Colaboratorio
Lejos están los años 80 en los que algunos programadores decidieron volver a los orígenes del desarrollo de software compartiendo el código del software que estaban desarrollando para que cualquiera que quisiera lo pudiera mejorar y complementar.
Fruto de esa acción nacieron proyectos tan interesantes como GNU/Linux, y el tiempo ha demostrado que lo que parecía la utopía de unos cuantos hackers idealistas no solo es una alternativa perfectamente válida al modo tradicional de crear software sino que se ha convertido en un movimiento tecnológico, cultural y social que supone una revolución en la propiedad, la colaboración y el compartir que puede hacerse extensivo a otros ámbitos de nuestro día a día.
Esta fórmula se ha aplicado con éxito en ámbitos como el software o el conocimiento y empieza a extenderse a otros como la industria musical, el mundo del hardware y el diseño. Tanto es así que los resultados saltan a la vista: muchos de los programas o servicios que utilizamos, algunas publicaciones y música que consumimos o ejemplos tan variados como la Wikipedia, las licencias Creative Commons, los remixes que vemos en Youtube, Android… difícilmente hubiesen sido posibles si no hubiese existido esta cultura abierta en la que priman el compartir conocimiento y la cooperación entre iguales por encima del hermetismo o la exclusividad.
Pero, ¿puede aplicarse la fórmula de la cultura libre a otros ámbitos más cercanos de nuestro día a día? ¿Es algo que solo funciona en una dimensión intangible o puede tratarse de algo que afecte nuestra cotidianeidad más física? ¿Cómo sería una sociedad en la que la cultura libre fuese algo habitual?
Con estas y otras inquietudes en mente nació el Colabotorio, otra de las acciones-experimentos a los que nos tiene acostumbrados Colaborativa, la agencia de diseño, tecnología y acción social sita en Córdoba. El Colaboratorio es un lugar, un espacio, un punto de encuentro, abierto a cualquiera que quiera proponer o participar cualquier tipo de actividad (cultural, tecnológica, formativa, económica…) dentro del marco de la cultura libre. La única condición es que el resultado que se produzca en él deberá “liberarse” total o parcialmente de forma que no solo los autores o participantes en la iniciativa sean los únicos que puedan beneficiarse de ella.
Pero lo que hace más interesante al Colaboratorio es que es a su vez un laboratorio en el que se dan pasos para la construcción de ese nuevo modelo de sociedad. Así pues, sin muchas pretensiones pero con una gran ambición, la gente de Colaborativa y las personas que se reúnen en él, prototipan, fabrican y prueban posibles respuestas a las preguntas anteriores.
Los primeros resultados hablan por si mismos: en apenas un año de vida, de él han surgido cosas como la serie de podcast botas de siete leguas, varios talleres de fabricación digital, un mapatón de OpenStreetMap, tres mentorizaciones de estudiantes para sus proyectos fin de grado y trabajos fin de máster e incluso el montaje de un brazo robot opensource. Veremos con qué nos sorprenden en el futuro próximo.
Carlos Cámara, arquitecto